jueves, 2 de agosto de 2007

PABLO MAESTRO EN UNA ESCUELA


Una entrada anecdótica.
Regresábamos de tocar en Salta y mi querido amigo el "lobizón" Gonzalo Cejas me convenció de hacerme cargo de unas horas que el no podía seguir cubriendo, como profe de música en el colegio "Nuestra Señora de la Misericordia", de la ciudad de Saénz Peña, Chaco.
Allá fuí y durante la segunda mitad del 2005 estuve al frente de 2 octavos años (ex 1ero de mi época) de 43 y 45 alumnos respectivamente, haciendo lo imposible por enseñar música a esos simpáticos niños afectados por la vida, las hormonas, el clima y cuánta cosa más que bien conocen profesores, padres, tíos, amigos, vecinos, antropólogos y curiosos de toda laya. Tuve momentos inolvidables, disfruté y sufrí en dosis parecidas, conocí la alegría de despertar pasiones por el conocimiento de la música y frustración por no lograrlo.
Es muy particular ir la escuela sin ser uno el alumno (como verán la nostalgia me queda cerca) y todo se parecía mucho a la realidad de mi época como estudiante. No hice amistades con maestros, maestras o compañeros en este trabajo. No pasé en la escuela más tiempo del estrictamente necesario. No hablaba con casi nadie allí...
Entre lo poco que guardo de esta experiencia ocupa un lugar especial la hoja que ahora comparto. Si no me la hubiera dado una profesora en la sala de profesores, jamás lo hubiera creído: Entre las cátedras de "ética y formación ciudadana" y "catequesis", en uno de esos proyectos integradores, trabajaron una consigna con todo el curso, en la cual, la mayoría de los alumnos me elegía como la "persona más amable que conocían.." Habían debatido y ese tipo de cosas y me confeccionaron el diploma.
Entré al curso con el diploma en la mano, agradecí y fuí ovacionado. Sentí orgullo.
Lo curioso (o no) es que ese mismo curso que me eligió, en el mismo día de la ovación, me hizo renegar como nunca, antes ni después.
Talvez Fer Rossi opine de esto que es así para lograr un equilibrio. No lo sé... No entendí que paso, ni a estos adolescentes...
escenas de mi vida en Chaco.

5 comentarios:

Valeria Elías dijo...

hey! yo tambien te elegiría y te hubiera hecho sufrir por ello jajjajaj es un equilibrio a veces necesario... ajaja además, es como un pacto, es decir, profe sos re bueno, re amable, re lindo por eso me gusta disfrutar con vos de mis caprichos ;) jejeje
He recordado mi adolescencia... besotes nene

Anónimo dijo...

Como docente, que comparte día a día las vivencias de los adolescentes, te puedo asegurar que es muy normal que te elijan como el mejor, y al tiempo te hagan "pagar" por esa elección...que vos no pedís... Es como si el recompensarte de esa forma (eligiéndote como el mejor), les da derecho de hacerte la vida imposible luego...un amor los niños...

carina - cdia

Psicología Integral dijo...

Me gustan tus historias y este repaso de tu vida. Respecto a los docentes pasa que si el profesor es amable se pone como un par y los alumnos no te respetan. A mi me ocurre esto. Los alumnos respetan a los docentes que estan junto a los otros docente y son parte de la institución y con ellos aprenden. Necesitan una autoridad. La vida humana es rara. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Lo que pasa acá es muy triste...

Esos energúmenos de sus alumnos estuvieron pensando semanas en cómo gastarle una buena joda!

Que a un tipo le den un diploma por amable los alumnos es como la novia que te dice: "sos rebueno, pero me voy con el otro"...

colopabloayala dijo...

gracias pito gome x hacerme reir..
hace rato no se d usté y sus aventuras, no me cuenta alguna? por favor..
gracias :)