lunes, 30 de julio de 2007

la música de Keith Jarrett

TODO EL SIGUIENTE TEXTO, FORMA PARTE DE UNA CARTA QUE LE ESCRIBÍ A MI ENTRAÑABLE AMIGA ANIA, DE CÓRDOBA, DESDE CHACO, EN MAYO DE 2005. TIENE UN PROFUNDO AROMA A "CRONÓPIOS", PRODUCTO DE MI DEFICIENTE MODO DE ESCRIBIR Y DEL PROFUNDO AMOR QUE SIENTO POR LA OBRA DE JULIO CORTÁZAR. UN ABRAZO LLENO DE SONIDOS. colopabloayala


Keith Jarrett. Tal vez sea el gran culpable de todo. (...) Música tan real que duele, magnífica y tremendamente indescriptible.
Ese tipo que se sienta frente al piano dice, a veces, sin una semilla incluso, a empezar desde el cero, desde la nada. Ese que de a ratos y como un conjuro canta una frasesita o pega un gritito desde algún lugar de las tripas, o zapatea o gime o hace ruidos con la respiración, como para que a uno no se le vaya nunca de las tripas que eso que está ahí y que duele ahí es de tan humano. Iri dice que le duele porque el tipo esta muy muy solo en el mundo, o eso le dijo una parte del magnánimo concierto de la scala, en el teatro de ópera italiano. Mismo concierto que en otra parte que ahora justo estoy escuchando es para Jeremías algo como un soldado marchando (solo también) a paso firme por algún lugar de Mongolia o por ahí.
Jarrett cambió para mí el concepto de lo que la música es y lo que debe ser. Y pienso que nunca voy a ser el mismo desde que lo tengo en mi vida. (...)

Keith encara la primera parte de su concierto en la scala. Muchas cosas. El olor a madera y a vida y a tiempo que se acumula en los teatros, pero sobretodo el olor a madera. El aire tan particularísimo en ese lugar en donde Verdi estrenaba sus obras, y donde las más grandes figuras de la ópera del mundo han transitado o sueñan con transitar.
La historia, del encargado o cuidador o algo así de ese auténtico templo de los sentidos, que se le acercó llorando y le dijo que tenía todos sus discos y que estaba compungido por tenerlo allí, frente a él, en ese que a fuerza del amor y de la entrega de toda una vida era SU teatro.
La sensación de que eso que esta allí y permanecerá en un silencio extático durante los próximos 45 minutos ininterrumpidos del viaje de keith por lugares de su corazón, y el de Verdi, y el de todos y el del soldado mongol de Jeremías, y algo como Ravel, y el manejo del tiempo y el silencio en música como nunca nadie antes había podido explicármelo, y el viaje decía, y la vuelta a la tonalidad, a lo conocido, a lo querido, después de 45 minutos de sonido. De un tipo y un piano y muchos respirando solo porque no se puede dejar de hacerlo. Y la incertidumbre...
Y algo que me impresionó desde la primera vez que escuche realmente ese concierto.
El sonido se va haciendo cada vez más chiquito, más íntimo, el tipo le dice todo su amor al piano ese. Cumple todo lo que la música puede cumplir, de derrotar tiempo, distancia, muerte, todo. Y el sonido se apaga, y no se escucha más nada que el aire de esa sala, y uno mira el segundero del equipo, y los segundos pasan, y lo que hay durante, 15, 20, 30? Segundos de un disco es silencio, el silencio de una sala.
Entonces el primer aplauso, y muchos que revientan en algo estremecedor. Entonces pienso yo en ese precisísimo momento, e imagino que algo debe haber allí, en keith, algo como el persignarse (justo me agarró el momento hablando de él, y no pude sino detenerme y vivirlo nuevamente), decía, como quien ha terminado de orar, y debe de haber algo en keith que despierta a la gente y la trae a la tierra, talvez levanta la vista, o saca las manos que habían quedado inmóviles sobre el teclado de ese piano que fue su compañero durante ese rato y con el que ahora se estaban despidiendo aunque más no sea por un rato... (...)

Keith es seguramente, una de las experiencias musicales mas maravillosas que me han tocado vivir hasta ahora. (...)

4 comentarios:

Valeria Elías dijo...

querido pablo: debo decirte que tu influencia cortazariana me ha impresionado en el sentido de ver entre tus letras la conjuncion del personaje y el autor. Ese submundo en donde lo real y lo fantástico son simplemente ese momento instante en que se plasman una a una las palabras y las sensaciones y los sentimientos se apoderan de uno y se dejan ser...
Besos

Anónimo dijo...

no me acordaba q los discos con los q patas para arriba practico yoga, me los habías grabado vos pablito...
realmente su música es transportadora a otras realidades, más profundas, y espirituales, tal vez más solitarias como dice iri...
muy lindo tu relato
salud!
nes

Anónimo dijo...

tu carta me sigue honrando... y vuelve a emocionarme, la diferencia es que ahora conozco a keith y aunque me pareciste un exagerado aquella vez, ahora soy otra arcilla mas en las manos de ese hombre y me vuelvo lo que él quiere con sus ruiditos y sonidos y lloro y suspiro y te recuerdo y lo recuerdo a josé...
gracias...
ania

Alina dijo...

Creo que cuando uno se ha dejado elevar con esta música... todo lo que se vive en esos instantes tiene intensidad de algo infinito... Escuchamos, y lo que vivimos, no es igual sin él... te acordás?